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domingo, 27 de noviembre de 2011

Pégale a tu hijo

Hace un par de semanas, EL PAÍS sacó una noticia aterradora: la firmaba David Alandete desde Washington y hablaba de un manual escrito por el pastor evangélico Michael Pearl, padre de cinco hijos (pobrecitos), titulado Cómo educar a un niño. El primer capítulo del libro empieza así: "Pégale a tu hijo". Y en eso, en el castigo físico, se basa toda su teoría pedagógica. Aconseja golpear a los niños con una tubería flexible de plástico de 0,6 centímetros de diámetro, porque con ese artilugio los zurriagazos son muy dolorosos, pero la piel no queda gravemente dañada (es un método que Pearl comparte, entre otros, con los mafiosos que torturan a sus prostitutas). En cuanto a los niños menores de un año, añade magnánimamente, "basta una vara de sauce de 25-30 centímetros de largo y medio centímetro de diámetro, sin nudos que le puedan cortar la piel". Imaginen lo que es un bebé de menos de un año, con su indefensión y su piel de seda y sus dodotis. E imaginen la vara. ¿Qué supuesta tropelía habría podido cometer un pequeñín así para merecer semejante castigo? ¿Vomitar la leche?

Sólo en los dos últimos años, explica David Alandete en su estupendo texto, han muerto en Estados Unidos dos niños apaleados por sus padres con las famosas tuberías flexibles de Pearl. Hana, de 11 años, de origen etíope. Y Lydia, de Liberia, de siete años. Las dos adoptadas, pobrecitas, por dos familias norteamericanas de tarados. La portada del panfleto educativo hiela la sangre: es la foto de un niño rubito de dos o tres años que, agarrado al dedo de un adulto, mira hacia arriba sonriente y feliz mientras sostiene en la otra mano lo que parece ser una larga vara de castigo. Pura perversión, obscenidad de sádicos.
Sé bien que éste es un tema conflictivo. Me refiero a la violencia contra los niños. O a la supuesta necesidad de un correctivo físico para educarlos. No es la primera vez que trato el asunto y, como quien arroja una piedra en un lago quieto, siempre se originan ondulaciones y un pequeño tumulto de respuestas, cartas de lectores o incluso textos de otros compañeros articulistas que reivindican con indignado énfasis las bondades de un bofetón a tiempo y califican cualquier opinión contraria a la suya como una necia comedura de coco propia de lo políticamente correcto.
Personalmente detesto los excesos de la corrección política y, por otro lado, creo que entiendo bien el porqué de ese punto de exasperada furia que los partidarios de la teoría del bofetón suelen mostrar. En primer lugar, supongo que muchos de nosotros, si no todos, hemos recibido algún que otro capón de nuestros padres en la infancia, y la mayoría no sólo no consideramos que ese suceso nos haya traumatizado, sino que además pensamos que nuestros padres son unas estupendísimas personas. Y luego está el hecho de que nosotros mismos hemos podido darle alguna vez un azote a nuestros hijos, o incluso un coscorrón; y, claro, nos indigna pensar que, por algo así, que nos parece nimio e incluso adecuado para, pongamos, acabar con una rabieta, se nos acuse de ser brutales.
Desde luego, dar un azote con la mano no tiene nada que ver con la tubería flexible de Pearl; y también es cierto que hay niños a los que sus padres jamás rozan y que están mucho peor educados y quizá son más desgraciados que aquellos a quienes la madre ha cogido algún día de la oreja. Pero, aparte de que todos los estudios psicológicos parecen demostrar que el castigo físico no sirve para nada y puede humillar y dañar psíquicamente, lo que de verdad me preocupa de la defensa pública del bofetón es el respaldo moral y social que eso supone a una violencia doméstica que se ejerce desde la mayor de las desigualdades contra los más débiles, y que no tiene límites ni grados. Quiero decir que su aplicación depende del criterio exclusivo de aquel que golpea. Y así, ¿es lo mismo un azote en el culo que un bofetón? ¿Y cuándo un bofetón dejaría de ser admisible? ¿Cuando rompe un labio con una sortija, cuando revienta un tímpano? ¿Son aceptables, por ejemplo, dos bofetones y un par de puñetazos en los hombros y la espalda mientras el niño se encoge sobre sí mismo para protegerse? Y si los padres han bebido un poco, o si están muy estresados y frustrados, ¿corren quizá el riesgo de que se les escape algún golpe demasiado fuerte? Amigos defensores de la teoría del bofetón a tiempo, sinceramente, con el corazón en la mano, ¿podéis asegurar que esa puerta abierta a la violencia va a ser entendida y aplicada por todos igual? Incluso los mayores maltratadores de niños están convencidos de que su comportamiento es adecuado. El libro de Pearl, que se publicó por vez primera en 1994, ha vendido 670.000 ejemplares y ha sido traducido a numerosos idiomas, también al español. No podemos dar ni la más mínima coartada moral a esa barbarie.
Rosa Montero. El País. 27/11/11

miércoles, 23 de noviembre de 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

Perversidad

Mi lado perverso está deseando ver a Rajoy en La Moncloa. Cuando promete extremar la austeridad para crear empleo y paralizar las inversiones públicas para generar riqueza, me lo imagino sentado en su despacho, con un lápiz en la mano, enseñando la punta de la lengua mientras se concentra en la solución de un sudoku monstruoso. Entonces, lo confieso, mi lado perverso piensa en Arenas gritando que su partido va a sacar a España del hoyo con el mismo programa que en 1996, y recuerdo 1996, y lo comparo con 2011, y al concluir que eso solo puede decirlo un cretino o un demagogo, y que Arenas no es un cretino, me digo que, al fin y al cabo, ellos se lo han buscado.

La campaña electoral que acabamos de estrenar, aburre ya de puro vieja. Desde que el PP empezó a pedir el adelanto electoral, su discurso no se ha movido un milímetro. La realidad, sí. Este año, como ustedes recordarán, iba a traernos el final de la crisis, y el año próximo, la recuperación del crecimiento. Eso decían los mismos expertos que ahora dicen que va a ser que no, y que en el mejor de los casos, este proceso se retrasará dos años. Si hemos aprendido algo en los últimos tiempos, es que un economista tiene más peligro que un saco de bombas, pero así y todo, es notable, si no suicida, que un partido que aspira a gestionar una economía en estado crítico, mantenga unas promesas concebidas cuando el rescate de Grecia, sin ir más lejos, iba a ser pan comido.

Hay que tener mucho cuidado con los lados perversos, porque pueden llegar a ser más peligrosos que los economistas. Sin embargo, existe un punto en el que mi lado sano está de acuerdo con su contrario. Para disfrutar a tope del poder que tan desesperadamente desea, Rajoy debería gobernar en minoría, con el capote pequeño de los toreros valientes. España no se merece más. Y él tampoco se merece menos.

Almudena Grandes. El País 7/11/11

El método griego

Los teóricos del nacionalismo suelen afirmar que sin independencia económica no hay independencia política posible. Lo ocurrido esta semana en Grecia parece ajustarse perfectamente a esa afirmación. Primero, Yorgos Papandreu se vio forzado a retirar el referéndum que pretendía celebrar para que los griegos decidieran sobre el último acuerdo para rescatar al país heleno. Que la simple posibilidad de preguntar a los ciudadanos desatara el pánico en los mercados y provocara la amenaza directa por parte de Alemania y Francia de retirar la ayuda económica a Grecia, es el mejor ejemplo del grave déficit democrático que padece la Unión Europea. Y tampoco faltaron en España intelectuales de cabecera dispuestos a explicar que convocar un referéndum era una locura, puesto que el pueblo no tiene conocimientos suficientes para decidir sobre asuntos técnicos, como si fuese necesario un doctorado en física cuántica para opinar sobre la bajada de las pensiones, los recortes salariales o los tijeretazos en servicios básicos.

Tras la retirada del referéndum, Grecia volvió a obedecer ayer al aceptar la formación de un Gobierno de unidad nacional, tal y como exigía Bruselas. Aunque en la política griega sea complicado hacer pronósticos, parece que el órdago lanzado por Papandreu le ha costado el puesto y la carrera política.
Europa debería avanzar, sin duda, hacia una mayor integración política y económica. Pero ese camino hay que construirlo con más democracia y no con los métodos puestos en práctica esta semana contra Grecia.

Manuel Rico. Público.es 6/11/11

Apología del...voto

Las estrategias políticas de la derecha son tan extrañas como contradictorias. Ayer, Ana Botella dijo, en relación a las críticas a su marido, José María Aznar, por participar en la campaña electoral del PP, que “afortunadamente vivimos en un país libre, en el que todo el mundo tiene derecho a dar su opinión”. Horas más tarde, todos sus compañeros y compañeras de partido se desdoblaban porque una persona pedía el voto para la coalición abertzale Bildu. Sí, me refiero a Ander Errandonea, uno de los históricos presos de ETA que ayer, tras salir en libertad después de haber pasado casi 25 años en prisión, desplegó una pancarta hecha a mano en la que se podía ver, objetivamente, lo siguiente: “BILDU; el dibujo de unas manos ejerciendo el voto; e INDEPENDENTZIA ETA SOZIALISMOA”.

Para Soraya Sáenz de Santamaría, esa pancarta demuestra que hay una relación entre Bildu y ETA.  ”Aparecen la palabra Bildu, la palabra ETA y están sostenidas por un terrorista haciendo campaña por Bildu”, afirmó la portavoz conservadora en el Congreso. Además, no se quedó ahí, sino que aseguró que “no hace falta ser muy inteligente para saber lo que hay ahí”. Inteligente no, enrevesado. Hay que ser muy enrevesado para pensar que la palabra “ETA” de la pancarta son las siglas de la banda terrorista y no la conjunción “y” en euskera. La expresión “independentzia eta sozialismoa” se utiliza desde hace ya bastantes años. Y, para quien quiera ver la palabra “ETA” del cartel como un mensaje oculto, les insto a responder qué quiere decir la “i” en la expresión catalana “indepèndencia i socialisme” o la “y” en la expresión en castellano “independencia y socialismo“. Ambas son usadas al igual que en euskera. Incluso he visto pintadas en gallego con el “independencia e socialismo“.

Lo más llamativo es que mientras algunos ven un fracaso en el hecho de que un expreso etarra saque un cartel con el dibujo de unas manos votando, otros vemos un éxito. Lo más sencillo es pensar que después de pasar casi 25 años en prisión —que no son pocos— se haya dado cuenta de que la solución pasa por las urnas y no por el hacha y la serpiente.

Héctor Juanatey. Público.es 11/5/11

Las revoluciones todavía se ganan en la calle

Preguntaba ayer un periódico en una encuesta a los lectores de su edición digital si creían que Internet y las redes sociales han jugado un papel fundamental en las revueltas de Túnez y Egipto. Un 87% respondía afirmativamente. Y no me extraña, pues todas las informaciones y análisis insisten en la importancia de estas formas de comunicación a la hora de explicar los estallidos populares.
Ahora bien: me gustaría saber qué responderían los egipcios a esa misma encuesta, si ellos consideran fundamental Facebook o Twitter para echar a Mubarak. No qué responderían los egipcios que tienen acceso a Internet (menos del 20% de la población), sino los cientos de miles que se la están jugando en las calle estos días.

Lo de la ciberrevolución es ya en un tópico de nuestro tiempo, pero dudo que lo de Egipto se explique en esa clave. La decisión del gobierno de Mubarak de cortar Internet no me parece, como pretenden algunos, una prueba de su importancia –también cortó las carreteras, y nadie habla de revolución automovilística-, sino más bien una muestra de la vulnerabilidad de estas formas de comunicación, que pueden ser apagadas por quien controla los operadores.

De hecho, el bloqueo de Internet ha devuelto el protagonismo al teléfono de toda la vida y hasta al vetusto fax para comunicar con el exterior. Los propios Google y Twitter han habilitado un servicio que funciona mediante una convencional llamada de teléfono. Y días atrás la oposición distribuía octavillas recomendando no usar las redes sociales para convocar, por ser fácilmente vigilables y manipulables por las autoridades, lo que demuestra una vez más que, cuando más libres nos sentimos on-line, más controlados estamos.

No dudo que Internet ayuda, facilita las comunicaciones y rompe bloqueos informativos. Pero lo que estamos comprobando estos días es lo contrario: que las revoluciones se siguen ganando en la calle, en manifestaciones, y con muertos nada virtuales (147 en Túnez, tal vez más en Egipto). Una lección para nosotros, que confiamos en que todo cambiará con un clic, y de salir a la calle nos olvidamos.

Isaac Rosa. Público.es 2/2/11

martes, 11 de octubre de 2011

BIENVENIDOS AL CURSO 2011/2012

Nuevo curso, nuevos retos, nuevos alumnos, aunque no nuevo centro, vuelvo  a sentirme como en casa. Bienvenidos chicos del IES Arguineguín, juntos afrontamos esta etapa con ilusión, esperando que todo el esfuerzo merezca la pena, estoy convencida de que así será.

¡Mucho ánimo a todos!

LA CONJURACIÓN DE LAS PALABRAS

1
Erase un gran edificio llamado
tan colosal y fuera de medida que, al decir de los cronistas, ocupaba casi la cuarta parte
de una mesa, de estas que, destinadas a varios usos, vemos en las casas de los hombres.
Si hemos de creer a un viejo documento hallado en viejísimo pupitre, cuando ponían al
tal edificio en el estante de su dueño, la tabla que lo sostenía amenazaba desplomarse,
con detrimento de todo lo que había en ella. Formaban dos anchos murallones de cartón,
forrados en piel de becerro jaspeado, y en la fachada, que era también de cuero, se veía
un ancho cartel con doradas letras, que decían al mundo y a la posteridad el nombre y
significación de aquel gran monumento.
Por dentro era un laberinto tan maravilloso, que ni el mismo de Creta se le
igualara. Dividíanlo hasta seiscientas paredes de papel con sus números llamados
páginas. Cada espacio estaba subdividido en tres corredores o crujías muy grandes, y en
estas crujías se hallaban innumerables celdas, ocupadas por los ochocientos o
novecientos mil seres que en aquel vastísimo recinto tenían su habitación. Estos seres se
llamaban palabras.
Una mañana sintióse gran ruido de voces, patadas, choque de armas, roce de
vestidos, llamamientos y relinchos, como si un numeroso ejército se levantara y vistiese
a toda prisa, apercibiéndose para una tremenda batalla. Y a la verdad, cosa de guerra
debía de ser, porque a poco rato salieron todas o casi todas las palabras del
Diccionario de la Lengua castellana, de tamañoDiccionario,
con fuertes y relucientes armas, formando un escuadrón tan grande que no cupiera en la
misma Biblioteca Nacional. Magnífico y sorprendente era el espectáculo que este
ejército presentaba, según me dijo el testigo ocular que lo presenció todo desde un
escondrijo inmediato, el cual testigo ocular era un viejísimo
pergamino, que en el propio estante se hallaba a la sazón.
Avanzó la comitiva hasta que estuvieron todas las palabras fuera del edificio.
Trataré de describir el orden y aparato de aquel ejército, siguiendo fielmente la veraz,
escrupulosa y auténtica narración de mi amigo el
Flos sanctorum, forrado enFlos sanctorum.
Delante marchaban unos heraldos llamados Artículos, vestidos con magníficas
dalmáticas y cotas de finísimo acero; no llevaban armas, y sí los escudos de sus señores
los Sustantivos, que venían un poco más atrás. Estos, en número casi infinito, eran tan
vistosos y gallardos, que daba gozo verlos. Unos llevaban resplandecientes armas del
más puro metal, y cascos en cuya cimera ondeaban plumas y festones; otros vestían
lorigas de cuero finísimo, recamadas de oro y plata; otros cubrían sus cuerpos con
luengos trajes talares, a modo de senadores venecianos. Aquéllos montaban poderosos
potros ricamente enajezados, y otros iban a pie. Algunos parecían menos ricos y lujosos
que los demás; y aún puede asegurarse que había bastantes pobremente vestidos, si bien
éstos eran poco vistos, porque el brillo y elegancia de los otros como que les ocultaba y
obscurecía. Junto a los Sustantivos marchaban los Pronombres, que iban a pie y delante,
llevando la brida de los caballos, o detrás, sosteniendo la cola del vestido de sus amos,
2
ya guiándoles a guisa de lazarillos, ya dándoles el brazo para sostén de sus flacos
cuerpos, porque, sea dicho de paso, también había Sustantivos muy valetudinarios y
decrépitos, y algunos parecían próximos a morir. También se veían no pocos
Pronombres representando a sus amos, que se quedaron en cama por enfermos o
perezosos, y estos Pronombres formaban en la línea de los Sustantivos como si de tales
hubieran categoría. No es necesario decir que los había de ambos sexos; y las damas
cabalgaban con igual donaire que los hombres y aún esgrimían las armas con tanto
desenfado como ellos.
Detrás venían los Adjetivos, todos a pie y eran como servidores o satélites de los
Sustantivos porque armaban al lado de ellos, atendiendo a sus órdenes para obedecerlas.
Era cosa sabida que ningún caballero Sustantivo podía hacer cosa derecha sin el auxilio
de un buen escudero de la honrada familia de los Adjetivos; pero éstos, a pesar de la
fuerza y significación que prestaban a sus amos, no valían solos ni un ardite, y se
aniquilaban completamente en cuanto quedaban solos. Eran brillantes y caprichosos sus
adornos y trajes, de colores vivos y formas muy determinadas; y era de notar que
cuando se acercaban al amo, éste tomaba el color y la forma de aquéllos, quedando
transformado al exterior, aunque en esencia el mismo.
Como a diez varas de distancia venían los Verbos, que eran unos señores de lo
más extraño y maravilloso que puede concebir la fantasía.
No es posible decir su sexo, ni medir su estatura, ni pintar sus facciones, ni
contar su edad, ni describirlos con precisión y exactitud. Basta saber que se movían
mucho y a todos lados, y tan pronto iban hacia atrás como hacia adelante, y se juntaban
dos para andar emparejados. Lo cierto del caso, según me aseguró el
que sin los tales personajes no se hacía cosa a derechas en aquella República y si bien
los Sustantivos eran muy útiles, no podían hacer nada por sí, y eran como instrumentos
ciegos cuando algún señor Verbo nos los dirigía. Tras estos venían los Adverbios que
tenían cataduras de pinches de cocina: como que su oficio era prepararles la comida a
los verbos y servirles en todo. Es fama que eran parientes de los Adjetivos, como lo
acreditaban viejísimos pergaminos genealógicos, y aún había Adjetivos que desempeñaban
en comisión la plaza de Adverbios, para lo cual bastaba ponerles una cola o
falda que decía:
Flos sanctorum, esmente.
Las Preposiciones eran enanas, y más que personas parecían cosas, moviéndose
automáticamente: iban junto a los Sustantivos para llevar recado a algún Verbo, o viceversa.
Las Conjunciones andaban por todos lados, metiendo bulla; y una de ellas
especialmente, llamada
porque indisponía a un señor Sustantivo con un señor Verbo, y a veces
trastornaba lo que éste decía, variando completamente el sentido. Detrás de todos marchaban
las Interjecciones, que no tenían cuerpo, sino tan sólo cabeza, con gran boca
siempre abierta. No se metían con nadie, y se manejaban solas: que aunque pocas en
número, es fama que sabían hacerse valer.
De estas palabras, algunas eran nobilísimas, y llevaban en sus escudos delicadas
empresas, por donde se venía en conocimiento de su abolengo latino o árabe; otras, sin
que, era el mismo enemigo y a todos los tenía revueltos y alborotados,
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alcurnia antigua de que vanagloriarse, eran nuevecillas, plebeyas o de poco más o
menos. Los nobles las trataban con desprecio. Algunas había también en calidad de
emigradas de Francia, esperando el tiempo de adquirir nacionalidad. Otras, en cambio,
indígenas hasta la pared de enfrente, se caían de puro viejas, y yacían arrinconadas,
aunque las demás guardaran consideración a sus arrugas; y las había tan petulantes y
presumidas, que despreciaban a las demás mirándolas enfáticamente.
Llegaron a la plaza del Estante y la ocuparon de punta a punta. El verbo
Ser
hizo una especie de cadalso o tribuna con dos admiraciones y algunas comas que por
allí rodaban, y subió a él con intención de despotricarse; pero le quitó la palabra un
Sustantivo muy travieso y hablador, llamado
de sus edecanes, los simpáticos Adjetivos
a la multitud, quitándose la H, que a guisa de sombrero le cubría, y empezó a
hablar en estos o parecidos términos:
—Señores: la osadía de los escritores españoles ha irritado nuestros ánimos, y es
preciso darles justo y pronto castigo. Ya no les basta introducir en sus libros contrabando
francés, con gran detrimento de la riqueza nacional, sino que cuando por
casualidad se nos emplea, trastornan nuestro sentido y nos hacen decir lo contrario de
nuestra intención.
tales respeten nuestro significado. Se nos desfigura de un modo que da grima y dolor.
Así, permitidme que me conmueva, porque las lágrimas brotan de mis ojos y no puedo
reprimir la emoción.
Hombre, el cual, subiendo a los hombrosRacional y libre, saludó(Bien, bien.) De nada sirve nuestro noble origen latino, para que esos(Nutridos aplausos.)
El orador se enjugó las lágrimas con la punta de la
ya se preparaba a continuar, cuando le distrajo el rumor de una disputa que no lejos se
había entablado.
Era que el Sustantivo
le decía:
—Perro, follón y sucio vocablo, por ti me traen asendereado y me ponen como
salvaguardia de toda clase de desatinos. Desde que cualquier escritor no entiende palotada
de una ciencia, se escuda con el
de la Tierra. Vete, negro y pestífero Adjetivo, lejos de mí, o te juro que no saldrás con
vida de mis manos.
Y al decir esto el
escudero le dejó tan mal parado, que tuvieron que ponerle un vendaje en la o, y
bizmarle las costillas de la
—Haya paz, señores —dijo un Sustantivo Femenino llamado
dueñescas tocas blancas apareció entre el tumulto. Mas en cuanto le vio otra palabra
llamada
cantando así:
e, que de faldón le servía, ySentido estaba dando de mojicones al Adjetivo Común, ySentido Común y ya le parece que es el más sabioSentido enarboló la t, y dándole un garrotazo con ella a sum, porque se iba desangrando por allí a toda prisa.Filosofía, que conMúsica, se echó sobre ella y empezó a mesarle los cabellos y a darle coces,
4
—Miren la bellaca, la sandía, la loca: ¿pues no quiere llevarme encadenada con
una Preposición, diciendo que yo tengo la Filosofía? Yo no tengo sino Música,
hermana. Déjeme en paz y púdrase de vieja en compañía de la
vieja loca.
—Quita allá, bullanguera —dijo la
penacho o acento que muy erguido sobre la
ni sirves más que de pasatiempo pueril.
—Poco a poco, señoras mías —gritó un Sustantivo alto, delgado, flaco y medio
tísico, llamado el
a mi hermana, o tendremos que vernos las caras. Estese usted quieta y deje a Perico en
su casa, porque todos tenemos trapitos que lavar, y si yo saco los suyos, ni con colada
habrán de quedar limpios.
—Miren el mocoso —dijo la
poquillo desmelenada—, ¿qué sería de esos badulaques sin mí? No reñir, y cada uno a
su puesto, que si me incomodo...
—No ha de ser —dijo el Sustantivo
¿Quién le ha dado a usted vela en este entierro, tío
ya está de más en el mundo.
—No, señoras; perdonen usías, que no estoy sino muy retebién. Un poco
decaidillo andaba; pero después que tomé este lacayo, que ahora me sirve, me voy
remediando.
Y mostró un lacayo, que era el Adjetivo
Alemana, que es otraFilosofía, arrancándole a la Música elu llevaba—; quita allá, que para nada valesSentimiento—. A ver, señora Filosofía, si no me dice usted esas cosasRazón, que andaba por allí en paños menores y unMal, que en todo había de meterse.Mal? Váyase al Infierno, queNecesario.
—Quítenmela, que la mato —chillaba la
con la
mundo sus socaliñas y gatuperios.
—Basta de indirectas. ¡Orden! —dijo el Sustantivo
para poner paz en el asunto.
—Déjelas que se arañen, hermano —observó la
arañen, que ya sabe vuecencia que rabian de verse juntas. Procuremos nosotros no andar
también a la greña, y adelante con los faroles.
Mientras esto ocurría, se presentó un gallardo Sustantivo, vestido con relucientes
armas y trayendo un escudo con pregrinas figuras y lema de plata y oro. Llamábase el
Religión, que había venido a las manosPolítica—; quítenmela, que me ha usurpado el nombre para disimular en elGobierno, que se presentóJusticia—; déjelas que se
Honor,
nombre, dándole las más raras aplicaciones y haciéndole significar lo que más les venía
a cuento. Pero el Sustantivo
y venía a quejarse de los innumerables desatinos que hacían los humanos en suMoral, que estaba en un rincón atándose un hilo en la 1,
que se le había roto en la anterior refriega, se presentó, atrayendo la atención general.
Quejose de que se le subían a las barbas ciertos Adjetivos advenedizos, y concluyó
diciendo que no le gustaban ciertas compañías, y que más le valiera andar solo: de lo
cual se rieron otros muchos Sustantivos fachendosos que no llevaban nunca menos de
seis Adjetivos de servidumbre.
Entretanto, la
fuego a una hoguera que había hecho con interrogantes gastados, palos de
Inquisición, una viejecilla que no se podía tener, estaba pegandoT y
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paréntesis rotos, en la cual hoguera dicen que quería quemar a la
dando zancajos por allí con muchísima gracia y desenvoltura. Por otro lado estaba el
Verbo
cuando:
—¡Si me conjugo...!
Oyendo lo cual, el Sustantivo
Libertad, que andabaMatar, dando grandes voces, y cerrando el puño con rabia, decía de vez enPaz acudió corriendo tan aprisa, que tropezó en la
z
—Allá voy —gritó el Sustantivo
Allá voy a componer este zapato, que es cosa de mi incumbencia.
Y con unas comas le clavó la
cabriolas ante el Sustantivo
No pudiendo ni el Verbo
con que venía calzada y cayó cuan larga era, dando un gran batacazo.Arte, que ya se había metido a zapatero—.z a la Paz, que tomó vuelos y se fue a hacerCañón, de quien dicen estaba perdidamente enamorada.Ser, ni el Sustantivo Hombre, ni el Adjetivo Racional
poner en orden a aquella gente, y comprendiendo que de aquella manera iban a ser
vencido en la desigual batalla que con los escritores españoles tendrían que emprender,
resolvieron volverse a su casa. Dieron orden de que cada cual entrara en su celda, y así
se cumplió, costando gran trabajo encerrar a algunas camorristas, que se empeñaban en
alborotar y hacer el coco.
Resultaron de este tumulto bastantes heridos, que aún están en el hospital de
sangre, o sea
para examinar los medios de imponerse a la gente de letras. Se están redactando las
pragmáticas, que establecerán el orden en las discusiones. No tuvo resultado el
pronunciamiento, por gastar el tiempo los conjurados en estériles debates y luchas de
amor propio, en vez de congregarse para combatir al enemigo común; así es que
concluyó aquello como el Rosario de la Aurora.
El
Fe de erratas del Diccionario. Han determinado congregarse de nuevoFlos sanctorum me asegura que la Gramática había mandado al Diccionario
una embajada de géneros, números y casos para ver si por las buenas, y sin derramamiento
de sangre, se arreglaban los trastornados asuntos de la
Lengua Castellana.
BENITO PÉREZ GALDÓS
(Publ. en
La Nación (Madrid), 12, IV, 1868)
1
Tomo II, Madrid, Viceconsejería de Cultura y Deportes. Gobierno de Canarias, 1992, págs. 251-
258.
DE LA NUEZ, S. y Flora Lilia BARRERA ÁLAMO, Retablo y geografía de cuentos canarios,
LA CONJURACIÓN DE LAS PALABRAS

jueves, 9 de junio de 2011

¡FELICIDADES A LOS ORLADOS!


Ayer tuve el placer de ver cómo se orlaban y quería felicitarles de todo corazón, espero que consigan todo lo que se propongan en la vida. Un abrazo a todos.

lunes, 6 de junio de 2011

AMAR LA CULTURA

Por los iPad españoles circulan versiones pirateadas de los libros más vendidos, que sus acomodados propietarios se pasan para demostrar que cumplen con uno de los axiomas de la modernidad: cultura gratis, que la pasta es mejor gastársela en ropa de diseño. ¿A quién le importan los derechos de los creadores (escritores, músicos, cineastas, fotógrafos…)? ¿Acaso no lo son por mero amor al arte…? ¿Encima quieren ganar dinero…?
Comprendo que quien no tiene nada robe comida, aun siendo consciente de que está robando. Si yo no tuviera nada, supongo que robaría igualmente cultura. Lo triste no es que lo hagan esos, sino también los pudientes. Y que ni los unos ni los otros piensen que están robando. Y que tantos políticos cobardes se muestren indiferentes hacia los derechos de propiedad intelectual: por lo que se ve, estamos dispuestos a pagar por todo, menos por el talento y el trabajo creativo.
No lo entiendo. El reconocimiento de los derechos de autor, a finales del XIX, fue el resultado de una lucha de siglos de artistas de todos los campos, hartos de vivir como servidores de los grandes señores. Ahora parece que estamos volviendo atrás. ¿Acabaremos como el gran Haydn cuando se paseaba con la librea de criado del príncipe de Esterházy…? Por mucho que se opongan los internautas (por cierto, ¿qué internautas?) y quienes se están forrando a nuestra costa en las páginas de descargas ilegales, si no queremos que se terminen la música, la literatura y el cine, esto habrá que regularlo. Y los que afirman amar la cultura y la libertad de expresión, deberían ser los primeros en apoyar una ley antipiratería.

Ángeles Caso  23/12/10

JUGAR CON FUEGO

El PP se ha empeñado en utilizar el delicado asunto de la inmigración en la campaña para las autonómicas. Los discursos sobre la necesidad de mano dura a ese respecto han sido constantes y han dado lugar a auténticas barbaridades: los folletos de Badalona en los que se identificaba inmigración con delincuencia y se clamaba “No queremos rumanos”, o el lamentable videojuego diseñado por los simpáticos chicos de Nuevas Generaciones, capaces de concebir a los extranjeros –y a los independentistas, no se nos olvide– como chistosos enemigos a combatir con armas.
No dudo de que semejantes mensajes encontrarán adeptos entre ciertos sectores afectados por la crisis que quizá vean en los inmigrantes a sus principales rivales a la hora de conseguir un empleo o una ayuda social. Lo más triste es que probablemente muchos de los que piensan así son hijos o nietos de españoles que hace algunas décadas tuvieron que irse a otro país, convirtiéndose ellos mismos en inmigrantes mirados con recelo.
La memoria es corta, pero el peligro del racismo y la xenofobia es tan largo que resulta infinito: como una serpiente de mil cabezas, anda siempre bajo tierra y se asoma para inocular su veneno en cuanto las circunstancias son adecuadas. Y las de una crisis siempre lo son: ¿acaso hemos olvidado ya que la mala situación económica de la Alemania de los años veinte desembocó en la toma del poder por los nazis y la consiguiente aniquilación de los judíos y los gitanos, es decir, de los “otros” considerados molestos y culpables? Jugar con fuego es fácil, pero tiene muchas posibilidades de acabar en incendio y devorarnos a nosotros mismos.

Ángeles Caso 18/11/10

jueves, 19 de mayo de 2011

ESQUEMA COMENTARIO PAU


COMENTARIO DE TEXTO EXPOSITIVO-ARGUMENTATIVO



  1. JUSTIFICACIÓN DE LA TIPOLOGÍA TEXTUAL

-          Características del tipo de texto.
-          Referencias al medio, al autor, fecha, título
-          Intención
-          Interés divulgativo
-          Función del lenguaje predominante

  1. TEMA, RESUMEN, TESIS Y ESTRUCTURA

-          Tema: asunto general
-          Resumen
-          Estructura (externa e interna)
-          Tesis: idea que defiende el autor
-          Actualidad del tema

  1. TIPOS DE ARGUMENTOS

  1. RASGOS DE ESTILO

-          Nivel textual: valor de los marcadores textuales
-          Nivel léxico-semántico:
-Recurrencias: campos semánticos, repeticiones, sinónimos, antónimos, sustitución/pronominalización...
-Léxico denotativo
-Tecnicismos, cultismos...
- Nivel morfosintáctico: categoría predominante, uso verbal, modalidad oracional...

  1. OPINIÓN PERSONAL/POSICIONAMIENTO

  1. CONCLUSIÓN

MARCADORES TEXTUALES

LOS MARCADORES TEXTUALES


            Uno de los recursos de cohesión textual más importantes es el empleo de los llamados marcadores textuales. Se trata de palabras, locuciones o sintagmas que sirven para indicar las relaciones lógicas entre las diversas partes de que consta un texto: determinar el sentido de los enunciados, organizar la estructura del texto o de una secuencia del mismo, o establecer las relaciones de sentido entre los diferentes enunciados que componen el texto.

Los marcadores textuales, por tanto, son elementos lingüísticos que ayudan al receptor a interpretar el sentido del mensaje y el tipo de relación existente entre las distintas partes de un texto: enunciados, párrafos, apartados, etc.

1.1  Características de los marcadores textuales

Los marcadores textuales no pertenecen a una categoría gramatical determinada. Pueden ser:

  • Conjunciones y locuciones conjuntivas: pero, y, sin embargo, puesto que.
  • Adverbios y locuciones adverbiales: también, ahora bien.
  • Sintagmas: en principio, en resumen.
  • Oraciones: si tenemos en cuenta, se puede pensar que.

No se deben confundir los marcadores textuales y las conjunciones. Es cierto que
hay muchas conjunciones que pueden funcionar como marcadores textuales, pero las conjunciones enlazan constituyentes de la oración (sintagmas o proposiciones, por ejemplo), y los marcadores textuales relacionan constituyentes del texto (enunciados o párrafos, por ejemplo).

Los marcadores textuales realizan una función sintáctica específica dentro de la oración porque desarrollan una función externa o periférica respecto a ella. Son modificadores o conectores de enunciados textuales y, por ello, no pueden ser analizados sintácticamente como un elemento oracional más.

Existen infinidad de marcadores textuales con funciones diferentes y significados muy diversos. Sin embargo, se pueden dividir en tres clases principalmente: los modificadores del enunciado, los organizadores textuales y los conectores.

1.2  Los modificadores del enunciado (§)

Estos marcadores textuales, también llamados operadores discursivos, preceden a una unidad textual para determinar el sentido de los enunciados, introduciendo comentarios acerca del contenido de lo enunciado o de la actitud del emisor ante ese contenido. Indican al receptor cómo debe interpretar dicha unidad:

Perspectiva                Desde un punto de vista ético, no parece apropiado continuar
                                   con las investigaciones.

Marco temporal          En aquella época, los conflictos entre naciones tendían a solucionarse con enfrentamientos bélicos.

SEGÚN EL COMENTARIO QUE REALIZAN PUEDEN CUMPLIR DIFERENTES FUNCIONES:

  • Aclarar la actitud del hablante acerca del contenido del enunciado. Pueden indicar afirmación, atenuación, duda, probabilidad. Algunos marcadores que cumplen esta función son: ciertamente, increíblemente, realmente, felizmente, sinceramente, probablemente, tal vez, acaso, quizá, sin duda, desde luego, por supuesto. Ejemplos:

Sin duda, todos tus sueños se cumplirán.
Desgraciadamente, los negocios no le han ido bien.

·         Mostrar el punto de vista desde el que se plantea el enunciado. Algunos marcadores de este tipo son: comúnmente, desde un punto de vista práctico, en realidad, en teoría. Ejemplos:

Formalmente, tiene una alta calidad narrativa.
Desde un punto de vista jurídico, hay diferentes interpretaciones posibles.

  • Explicar el tema del enunciado. Algunos marcadores tematizadores son: en cuanto a, por lo que respecta a, a propósito de, por lo que se refiere a, en lo concerniente a. Ejemplos:

Por lo que respecta a mi opinión, creo que hay que insistir en nuestras peticiones.
En cuanto a este asunto, deberías dar el conflicto por zanjado.

  • Indicar la voz responsable del enunciado que introducen. Algunos marcadores que preceden enunciados de este tipo son: según, tal y como decía, en palabras de. Ejemplo:

Según fuentes próximas al Gobierno, se convocarán próximamente elecciones.

  • Señalar el marco espacial o temporal en que se sitúa la información contenida en el enunciado. Ejemplos:

En aquel momento, la guerra fría entre las dos superpotencias marcaba las relaciones internacionales.
En ese entorno, resultaba muy complejo realizar un trabajo digno.


1.3  Los organizadores textuales (ª)

Como su nombre indica, sirven para organizar la estructura de un texto o de alguna secuencia del mismo. Los organizadores textuales pueden indicar, por ejemplo, el inicio del desarrollo de un texto o de una secuencia informativa, la continuidad de una reflexión o de la exposición de un tema, o el cierre de un texto o de una secuencia temática:

Para empezar, debemos centrar el asunto que vamos a abordar.                        Inicio
A continuación, explicaremos las distintas teorías que existen al respecto.          Contin.
Finalmente, no se debe olvidar el esfuerzo realizado por los voluntarios.              Cierre

LOS ORDENADORES DEL DISCURSO PUEDEN SER DE DIVERSO TIPO:

  • De inicio. Dan comienzo a un texto: para empezar, bien, para comenzar.
  • De continuidad. Dan continuidad y progresión a la información del texto: a continuación, seguidamente, así pues.
  • De enumeración. Permiten agrupar una serie de enunciados en un orden determinado: primero ... segundo, por un lado ... por otro, por una parte ... por otra, en primer término ... en último término.
  • De cierre. Sirven para dar fin a un texto o a una secuencia informativa: para concluir, para terminar, finalmente, por último, en conclusión, en resumen, en dos palabras.
  • De digresión. Introducen reflexiones o contenidos que se desvían en cierta medida del asunto: por cierto, a todo esto, a propósito de.

1.4  Los conectores(*)

Los conectores textuales expresan relaciones del contenido entre las ideas del texto. Existe conexión entre dos ideas cuando la interpretación de una depende de la otra.

Así, por ejemplo, una idea puede explicar la anterior, o puede ser la consecuencia del enunciado que le precede,  o indicar una acción anterior o posterior a la otra. Observa los siguientes ejemplos:

Hemos conseguido poco dinero. Por tanto, no nos iremos de viaje.
Ahora explico el tema. Después realizaréis actividades de refuerzo.

En el primer ejemplo, el segundo enunciado es una consecuencia de lo afirmado en el primero. Esta interpretación resulta evidente, además, gracias al conector por tanto, un conector textual que indica ese tipo de relación.

En el segundo ejemplo, la relación que se establece entre los dos enunciados es de carácter temporal; el contenido del primer enunciado señala una acción presente y el del segundo, una acción futura. La relación de temporalidad está claramente indicada por los conectores ahora y después.

1.4.1        Clases de conectores

Los conectores textuales expresan diversas relaciones de significado entre los enunciados que componen un texto. Las principales relaciones de conexión y sus conectores más frecuentes son:

  • Relaciones de contraste. Se expresa una relación de oposición o contraste entre dos ideas. Algunos conectores de este tipo son: no obstante, sin embargo, por el contrario, por contra, en cambio, ahora bien, con todo, de todas maneras, aunque, tampoco. Ejemplo:

Una población es un conjunto de seres vivos del mismo tipo que viven en una zona determinada. En cambio, una comunidad es un conjunto de poblaciones de seres vivos que viven en una zona.

  • Relaciones de tiempo. Se expresa sucesión o simultaneidad en el tiempo entre los enunciados relacionados. Los conectores más frecuentes son: ahora, antes, después, más tarde, más adelante, al mismo tiempo, mientras, entonces. Ejemplo:

Antes mezclamos los diferentes productos. Después los pondremos a calentar a fuego lento.

  • Relaciones de adición. Se indica una suma de enunciados que aportan nuevas informaciones. La información que añade el nuevo enunciado puede ser equivalente a la del anterior o puede ser más importante. Algunos conectores de adición son: y, también, además, incluso, igualmente, asimismo, encima, más aún.

Las palabras derivadas se forman por la adición de sufijos. Asimismo, pueden formarse nuevos términos derivados por medio de prefijos.

·         Relaciones de causa-efecto. Un enunciado expresa la causa o la consecuencia de otro. Los principales conectores son: porque, por esta razón, por tanto, por consiguiente, así pues, de ahí que, así que, de modo que. Ejemplo:

Las relaciones humanas se basan en el establecimiento de derechos y deberes. Por esta razón, la reclamación de nuestros derechos implica necesariamente el cumplimiento de nuestras obligaciones.

·         Relaciones de explicación y ejemplificación. Se aclara un concepto expresado en el enunciado anterior por medio de una explicación o de un ejemplo: es decir, o sea, esto es, mejor dicho, por ejemplo, pongo por caso. Ejemplo:

No existe la posibilidad de establecer una reflexión lógica sobre la realidad exterior sin un lenguaje articulado. Es decir, no es posible el pensamiento sin lenguaje.

Por lo general, en los textos narrativos, predominan las relaciones temporales; en los textos descriptivos, las relaciones de adición; en los textos expositivos, las de explicación y ejemplificación; y en los textos argumentativos, las relaciones de contraste y de causa-efecto.

1.5  Otros marcadores

Existen otros marcadores de uso frecuente en las conversaciones. Se trata de los marcadores conversacionales. Algunos de ellos ya los hemos señalado anteriormente como modificadores del enunciado.

Estos marcadores aparecen en la conversación indicando la actitud del hablante respecto al enunciado o reforzando el sentido del propio enunciado. Algunos marcadores conversacionales son: claro, bueno, sin duda, de acuerdo, desde luego, por lo visto, vale, mira, oye, entonces.


jueves, 12 de mayo de 2011

EL VELO Y LA TALLA 38. Jordi Calvo Rufanges. Público.es. 22/4/10

El velo se está convirtiendo en los últimos tiempos en una cuestión controvertida en la política de integración europea. En Francia, el gobierno conservador  se ha decantado por prohibir el velo integral en todos los espacios públicos. Antes prohibieron en las escuelas públicas el velo, los crucifijos, la kipá judía y el turbante sij. Ahora en España se abre el debate al rechazar que una alumna asista a clase con esta prenda. En principio parece que nos hemos embarcado en una persecución de los símbolos religiosos o al menos de aquellos que no nos agradan, lo que va en contra de la libertad de pensamiento, conciencia y religión, reconocidos como derecho humano en Europa. Pero lo que me resulta más interesante es que el argumento laico en contra del velo, principalmente del integral, es que atenta contra la dignidad de las mujeres y que si lo llevan no es por decisión propia sino por imposición. Desde nuestro punto de vista cultural occidental parece que la liberación de la mujer va asociada al porcentaje de cuerpo que puede mostrar. La minifalda o el top less lo relacionamos con cotas de libertad alcanzadas por la mujer. No sé si estamos equivocados, ya que, en mi opinión inevitablemente occidental y masculina, prefiero una minifalda a un velo. Pero una mujer musulmana me hizo pensar en ello cuando me dijo que si ellas eran esclavas del velo, las mujeres occidentales lo eran de la talla 38. Porque bajo estas prendas amplias se sienten más libres en cuanto al desarrollo natural de su cuerpo, que de este modo no es evaluado continuamente cuando salen a la calle. Con este razonamiento esta mujer musulmana que prefería llevar velo me ofreció otro punto de vista que nada tiene que ver con la religión o con la política, que al menos me sirvió para no hacer juicios premeditados por la decisión de ésta y otras mujeres de cubrir su cuerpo. El excesivo culto al cuerpo de nuestra cultura, que está llegando también al hombre, quizá sea un camino equivocado, o al menos no mejor del que decide ocultar el cuerpo.

jueves, 5 de mayo de 2011

AIRE PURO. Ángeles Caso. Público.es. 27/1/11

Desde que comenzó la persecución contra los fumadores, muchos adoptaron un lema biensonante: “Por un aire puro”. Esa máxima siempre me ha hecho reír: ¿aire puro…? ¡Si vivimos contaminados por toda clase de malos humos, los de las fábricas y, sobre todo, los del tráfico…! La cosa suena un poco ridícula, la verdad. Y como nadie da puntada sin hilo, al final una acaba preguntándose si tanta inquina contra el tabaco no será consecuencia de las presiones de las petroleras y los fabricantes de coches sobre los obedientes políticos: mientras le echemos la culpa de todo a los cigarrillos, los automóviles y sus gasolinas apestosas podrán seguir envenenándonos –a nosotros y al planeta– sin que nadie se lo cuestione.
Perseguimos la nicotina, pero España sigue siendo el país donde más se utiliza el coche para trayectos breves, que podrían hacerse a pie. El parque de motores diésel –mucho más contaminantes que los de gasolina normal– no hace más que crecer. Y en las grandes ciudades los alcaldes no se atreven a tomar medidas de restricción del tráfico, que serían muy impopulares.
Ahora sabemos que Madrid y Barcelona superan con mucho los índices de polución procedente de los automóviles fijados por la Comisión Europea. Miles de personas mueren cada año a causa de ese problema, y el cambio climático continúa con su proceso destructivo, cada vez más intenso. Pero estoy segura de que no pasará nada: los políticos harán oídos sordos y los automovilistas seguirán encantados a lo suyo. Eso sí: hasta en los parkings de aire irrespirable está prohibido fumar. Así que todos tranquilos. (Que conste que no tengo coche).

miércoles, 4 de mayo de 2011

PRODUCTO. Rosa Montero. El País. 19/4/2011

Hete aquí que las bombas de racimo con las que Gadafi está machacando a los rebeldes son un producto nacional, bonitas bombas españolas que por lo que se ve funcionan muy bien, demostrando la eficiencia de nuestra industria. Se llaman de racimo porque están pensadas para abrirse en 21 cabezas explosivas antes de impactar, maximizando así la mutilación y la carnicería. Siempre me ha producido un acongojado asombro el trabajo de los diseñadores de armamento. Me los imagino encerrados en laboratorios impolutos o dibujando planos en despachos de ingeniería y gritando eureka, felicísimos, cuando se les ocurre la luminosa idea de, por ejemplo, dividir una bomba en otras bombitas, para así poder destripar al personal más y mejor. Cuando uno de estos inventores consigue un arma que mata mejor, ¿lo celebrará con champán, sabedor de que arrasará en el mercado?

¿Y qué decir de los implicados en el proceso de la fabricación y venta de algo así? Los directores técnicos y comerciales, los dueños de las empresas, los políticos que sellaron los papeles para la exportación. Ah, sí, claro, siempre hay argumentos: el problema no son las armas sino quienes las usan; en un mundo tan peligroso no podemos dejar de fabricar armas; en realidad las armas son sobre todo disuasorias... Y la excusa falaz definitiva: yo solo soy un mandado, si no lo hago yo lo hará otro, yo no puedo hacer nada... En 2008, España firmó la Convención Internacional contra este tipo de bombas y ya no se fabrican. Pero en ese mismo 2008 le vendimos los últimos racimillos a Gadafi. Hoy los medios de comunicación muestran a todo color el momento de entrega de nuestro producto, una muerte firmada por la empresa Instalaza, España, y resulta difícil escurrir el bulto de la responsabilidad. Espero que por lo menos algunos duerman mal unos días.

lunes, 2 de mayo de 2011

Un criminal, una actitud, una incertidumbre

02 mayo, 2011 - 11:16 - Juan Cruz. El País.

Un criminal, una actitud, una incertidumbre

Osama bin Laden ya está en el fondo del mar, dicen las noticias. No es el fin de Al Qaeda, es el fin de Bin Laden. La abyecta inspiración que hizo del terrorismo que acabó con vidas humanas en Nueva York, en Madrid, en Londres, en tantos lugares, atemorizó a la humanidad y creó sentimientos de desolación en muchas almas que fueron víctimas de su odio sin freno. El atentado del que partieron los restantes, el que acabó con las Torres Gemelas de Nueva York y con miles de vidas, desató una persecución del jefe de esa banda, y el jefe ha sido alcanzado mortalmente en Pakistán. Pero con su desaparición sólo se le quita a la serpiente un músculo, acaso una mirada perversa, pero el ingenio que había creado (siempre se dijo que Al Qaeda trabajaba en red; como las serpientes más peligrosas, no tenía una sola cabeza, la hidra de la que habla Lluis Bassets en su comentario) sigue ahí, y sus ojos ahora estarán aún más vivos, y se creerán, además, con mayor poder mortífero, pues ahora hablarán (y dispararán) en nombre de un mártir. Veremos qué pasa, y qué nos pasa. Hay un texto escrito esta mañana en elpais.com por Enric González cuya lectura aconsejo también para observar uno de los lados perversos de la herencia sangrienta y viscosa de Bin Laden, cómo introdujo en la mentalidad norteamericana el gen de la sospecha constante, la vigilancia suspicaz de aquel que a simple vista parece un sospechoso simplemente porque no pone una bandera en el jardín. Estados Unidos ha padecido esa enfermedad, que entre otros desastre generó la guerra de Irak; ahora que ha extirpado a Bin Laden de la nomenclatura feroz del terrorismo, debe aprestarse para combatir lo que queda del terrorista en la tierra, en el mundo, y no sólo en Estados Unidos, y también debe curarse de ese síntoma eterno de sospecha que se inauguró el 11 de septiembre de 2001. Es un momento importante y grave de la humanidad, una noticia que, como decían el profesor Martínez Montávez y el político De Arístegui esta mañana en Radio Nacional, hay que mirar desde muchos ángulos para que no nos ciegue la pasión que desata la gravísima novedad que anuncia que Osama Bin Laden ya está en el fondo del mar.